Llega el primer día de trabajo en tu nueva empresa, y…¿Quién no ha sentido incertidumbre y una presión arterial elevada a la hora de incorporarse al nuevo puesto?. El desconocimiento sobre los procedimientos en la empresa, los compañeros o la relación con el jefe marcan el inicio de cualquier empleado en una compañía. Por eso, las organizaciones dan cada vez más importancia a la acogida de los nuevos trabajadores en sus plantillas realizando ejercicios específicos para estos primeros días, pudiéndose extender durante meses.
Los Planes de Acogida han ido sofisticándose a lo largo de los últimos años convirtiéndose en herramientas necesarias que permiten una mejor adaptación del nuevo empleado a la misión, visión y valores de la empresa. ¿A quién no le gusta ser bien recibido cuando llega a un nuevo lugar? ¿A quién no le complace que le abran la puerta, que le indiquen con una sonrisa donde está una cosa u otra, cómo debe hacer o no hacer una actividad de manera efectiva, a quién dirigirse en caso de dificultades?.
Una buena acogida permite disminuir los problemas que experimenta la persona contratada, reduciéndose el síndrome del nuevo, caracterizado por un continuo no-saber-qué-hacer-ni-qué-decir-ni-a-quién-dirigirse generado por el novedoso ambiente de trabajo, lo que provoca inseguridad en el recién incorporado.
No existe un único plan de acogida genérico, sino tantos como tipos de empresas. Cada organización diseña el suyo propio, aunque hay puntos básicos que todo proceso de acogida debe tener, independientemente de la empresa que se trate:
1. Días previos: se debería tener controlados los datos de contacto del nuevo trabajador, como el contacto telefónico o electrónico, así como la adecuación y ergonomía de su espacio físico de trabajo y la claridad en las funciones a desempeñar.
2. El primer día: existirán dudas, expectativas, nervios...Debemos manejar esa emocionalidad de manera adecuada, relajando la situación, buscando espacios tranquilos donde poder explicar las cuestiones básicas de su incorporación y resolviendo abiertamente cualquier género de dudas. Se presentarán a los compañeros, responsables…en general, al equipo de trabajo.
3. Entrega del manual de acogida: donde se debería plasmar toda aquella información relevante sobre la empresa y su funcionamiento, así como las tareas a desarrollar y el puesto a cubrir. Es recomendable que se revise dicho manual para evitar que quede obsoleto.
4. Información al resto de compañía sobre la nueva incorporación. Se debería dar a conocer, a través de uno de los medios de comunicación interna de la empresa, la nueva incorporación. Informando de quien es, donde se encontrará y al equipo de trabajo al que se incorporará.
5. Formación específica: no siempre el nuevo incorporado habrá hecho los deberes consultando el manual, o si es así pueden quedar dudas. Es necesario realizar una jornada formativa en la que se comuniquen las cuestiones básicas del puesto, al mismo tiempo que reforzamos los valores y las competencias corporativas de la empresa.
6. Evaluación: se tratará de identificar los posibles problemas e irregularidades que se hayan podido producir en los primeros momentos de la incorporación y para dar respuestas a estas. Así como, identificar la validez del candidato y su adecuación al puesto.
Con un adecuado proceso de acogida conseguimos un extra de motivación e ilusión.
No hay comentarios :
Publicar un comentario